martes, 2 de julio de 2013

...


No me ilusioné, tampoco exageré. Siempre he sido vacía. Como el eco rebotando por estas paredes. Así es. El cuarto es vacío. Alguien llegará a quitarle telarañas y expulsar fantasmas. Lo que se dice: una iluminación en mi guarida.
Voy a pasearme a veces a solas, pocas veces acompañada, por escolleras, espero siempre que se me pegue un chicle. Es mi sangre, soy parte de una hermosa madre, un pensamiento una forma de ser condenada a callar, a esperar. Mi sencillez inmuta a nadie.
Y porque en realidad nunca he sentido nada. Espero que el karma me traiga en el momento inesperado lo esperado. Oí alguna reflexión en voz baja. De esas que te hacen lagrimear hasta morir; más sola me saco una sonrisa. No anuncio mis ideas, mucho menos mis emociones para que vean que sufro, que me atormento o que grito. Eso es ser popular e hipócrita. Más nunca me siento llena de espíritu. No busco algo parecido a mí. Eso es lo único que puedo decir ahora.

No exagero
Soy vacía
Espero
Dibujo mi sonrisa
Y quiero lo contrario
No pido nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario