miércoles, 15 de mayo de 2013

No es ansiedad.


Llamalo rabia, hasta ahora pensaba en ello como ataques de ansiedad, pero no, es rabia, mucha rabia. Aparece de repente y por cualquier tontería a la que tu o tu vecino no le darás importancia, pero yo... En ese momento saco la fuerza donde no la hay con la que podía tumbar una pared, las lágrimas que se hacen victimas pero en realidad son las culpables pasan sin quisiera llamar a la puerta, y una ola de sudor, tensión y patadas me arrastran hasta que consigue ahogarme en mi propia rabia, o angustia, o presión o sea cual sea sustantivo correcto que defina mi estado.
Finalmente, después de escribir esto... Tomo mi somnifero diario y duermo, aunque sea solo para huir de la ''rabia''.

No hay comentarios:

Publicar un comentario